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5 cosas infaltables en tu maleta de viaje:

Ventana de un viejo edificio en Albania
  1. Unos nuevos lentes

Cuando unx viaja tiene que enfrentar la vida con otros ojos.

Unos nuevos.

Quizás más grandes, más amplios.

Como para que entre más luz. Más información.

Andar cual cámara por las calles, en el Metro, en la playa, en el hostal. Admirar la belleza, la tragedia, la pobreza, las incoherencias, la locura, las mentiras y los gestos. Quizá no romantizar todo, pero observarlo como parte del mundo, de la vida y de su evolución.

Ya luego se crearán los signfiicados. Mientras, primero hay que tener nuevos ojos para ver.


Foto de una mezquita musulmana en Tirana, Albania
  1. Una mente sin prejuicios

Los prejuicios empiezan a modificar su forma, si es que eres lo suficientemente flexible. Y los concpetos que habitaban tu mente empiezan a resignificarse.

Como es aquí no es allá y a donde fueras haz lo que vieras.

Suena sencillo, pero si no eres una persona que puede diferenciar entre lo que es y lo que cree ser, te puede costar entender.

Así como me costó entender que en otros países las personas no madrugan a trabajar; "soy colombiana" me dije, "mi realidad está llena de personas que se levantan a las 5 a. m. para preparar a los hijos, ir al gimnasio o llegar a tiempo a trabajar". O cada vez que me choca ver a una mujer musulmana vestir un hiyab, niqab o burka; "no es posible que alguien consciente del significado simbólico detrás de ello pueda usarlo con voluntad y deseo", pero es simplemente porque no entiendo el papel tan importante que puede jugar la cultura, la religión o un libro en la vida de alguien.

Actualmente, pienso que levantarse a las 5 a. m. es algo triste y deshumanizante que no quiero en mi vida diaria y mi energía intento enfocarla en empoderar mujeres desde el autoconocimiento, empezando por el propio.

Lo que me gusta lo apropio, lo que no lo transformo (en mí).


  1. Un traje de humildad

Incluso para equivocarse hay que tener una mente abierta (bastante difícil cuando existe un ego marcado y la humildad carece de importancia dentro de tu vida).


He visto muchas personas reaccionar desde el ego y desde lo que se cree o toma como personal.

A veces incluso antes de que el otro termine de hablar ya estamos pensando en cómo reaccionar. O quizá ni lo pensamos. Nos excusamos, justificamos o salvamos, tratando de ignorar la posible gota de verdad que puede haber en el juicio o regaño del otro.

Como aquella vez que le mentí al dueño del hostal sobre el porro que me vio fumarme en la entrada cuando yo sabía que solo me lo podía fumar en la terraza: los 5 segundos más largos de mi vida fueron después de escuchar ese "I saw you on the camera". Lo miré, me callé y reconocí, "... You're right, I'm so sorry I just lied". Tuve que agachar la cabeza para entender que puedo mentir (a pesar de que digo que lo detesto), soy humana. Pero no soy una mentirosa y para reconocer una falla se necesita humildad.

Alguien que miente carece de humildad, pues usa la mentira para salvar un ego.


Y así con muchos sinónimos que a veces cuestan, pero toca enfrentar en medio de lo desconocido: reconocer cuando otrx tiene razón, disculparse tras entender que se lastimó a alguien, dejarse ayudar, pedir ayuda...


Sesión de âmo gratuita en un hostal de Albania
  1. Un par de manos abiertas

Abiertas para dar, recibir, ayudar, abrazar.

Mejor dicho, disposición.

Si alguien te comparte un espacio, si alguien te brinda de su tiempo o si te brindan de su plato también hay que estar dispuesto a devoler la misma energía.

No lo mismo quizá, pero sí la misma intención. Ya sea de nutrir, de cuidar, de agradar o de compartir.

Como aquella vez en esa farm de Francia, donde eramos como 10 y convivíamos. Ellos me brindaban su comprensión, buena energía, su palabra y sus risas (nunca creí posible vivir en armonía con tantas personas a la misma vez), y yo les compartí una noche de relajación y meditación. O como cuando personas que "recién conocía" me compartían de su comida sin siquiera pedirme un peso y a la final terminabamos haciendo âmo o desahogando emociones por teléfono.

A veces no es lo que damos sino la intención con la que lo damos.


Beka siendo valiente y feliz
  1. Un corazón valiente

Suena difícil... Hasta irreal. Pero el amor es así, valiente.

Y toca empacarlo y llevarlo con unx.

A veces queda en el fondo de la maleta, too apretujado, pero se desentierra y se recuerda. Se recuerda porqué empezaste ese viaje, porqué aceptaste la aventura, porqué dejaste todo atrás, porqué abrazas la transformación constante y porqué la inestabilidad te enseña a estabilizarte.

Supongo que es así con todo lo que se ama, así que este punto debería estar en cualquier tipo de maleta, bolso o bolsillo.


Cuesta lanzarse al vacío. Cuesta montarse en ese avión. Cuesta decirle adiós a aquellos con los que has conectado. Pero siento que cuesta más vivir una vida que no enciende la llama de ese motor orgánico y bombeante que llamamos corazón.




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